Regalemos una Corona de Rosas a Nuestra Madre
La leyenda cuenta que La Virgen del Rosario era transportada por el camino del Inca en dirección al Cuzco, obsequiada por el Rey Carlos V a los frailes dominicos de esta ciudad, cuando al hacer una parada en Xatun Xauxa(Jauja) se desató una terrible tormenta que impidió a la comitiva continuar el viaje, el mismo que no llegó a reanudarse, pues al intentar levantar la imagen al día siguiente fue imposible moverla, lo cual fue interpretado por la población como el deseo de la Virgen de permanecer en Jauja. Así fue como la hermosa Virgen se quedó allí para ser la Madre, o más bien, la madrecita de los Jaujinos, en quechua, con ferviente amor, Mamanchic o Mamallanchic Rosario, la bellísima Virgen que carga delicadamente al divino Niño en el brazo izquierdo y sostiene con finura un rosario en la mano derecha. Cada Ave María rezada regalamos a nuestra madre una bella rosa, que al rezar el rosario estaremos regalando una corona de rosas.
El día central es el primer domingo de octubre, pero las celebraciones duran varios días , Mamanchic participa de esta forma de sentir y pensar. Tiene una hermana pequeña con la que comparte los homenajes y aún la ropa. Es Mamallanchic Chapetona, una Virgen de sonrosadas mejillas que protege a las solteras y celebra apenas tres días después de su fiesta.
El día central es el primer domingo de octubre, pero las celebraciones duran varios días , Mamanchic participa de esta forma de sentir y pensar. Tiene una hermana pequeña con la que comparte los homenajes y aún la ropa. Es Mamallanchic Chapetona, una Virgen de sonrosadas mejillas que protege a las solteras y celebra apenas tres días después de su fiesta.